Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD)
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Siendo facultativo en el área clínica alópata (soy médico que practica la medicina interna y la medicina del cuidado del paciente crítico) he podido mirar asombrado cómo a ciertos pacientes con enfermedades mortales se les ha prometido con un amor despiadado que con ciertos tratamientos médicos, alternativos en este caso, los harán sanar de sus males, por más graves y serios que éstos sean, y aún, con pronósticos invariablemente sombríos. La desesperación de los pacientes con enfermedades incapacitantes e incurables y de las familias que están relacionadas con ellos, promueve a buscar alternativas inmediatas para la sanidad órgano-funcional y que están con regularidad fuera de todo contexto ortodoxo alopático. Sin medir consecuencias, por la negación de aceptar con resignación la realidad de que uno podría enfermarse y morir (No moriréis, la antigua mentira diabólica que mucho creen inocentemente todavía: Gn.3:4), los charlatanes de la medicina alternativa son rastreados con afán y ansia para la solución de los problemas de salud para quienes los adolecen. La inconformidad por un veredicto oscuramente letal de alguna enfermedad determinada cobrará caro, tarde o temprano, el desatino de aprobar oscuros métodos que no tiene base sólida científica, sino muchas veces ocultista y esotérica. La Nueva Era, doctrina demoníaca que ha asimilado varias formas de religiones paganas orientales y que es una completa forma anti-Dios utilizada con absurda actitud para mejorar o restaurar la salud mental y física. Se usan métodos que parten de viejas prácticas paganas, con algunas variantes que han incursionado dentro de la medicina alópata. Por ejemplo, la acupuntura no se realiza del mismo modo como en el principio. Las agujas son sustituidas por pequeñas bolas de metal, pero los puntos de su aplicación son exactamente los mismos, así como su finalidad. No pocos cristianos reciben por consentimiento propio (un ejemplo es, para reducir de peso) ésta variante de acupuntura. Lo triste del caso, es que una buena parte de ellos desconocen su principio esotérico. La medicina alternativa posee un carácter empíricamente maligno, ajena a los principios de la buena medicina científica alópata, principalmente, antes que nada, Escriturales. Yo conozco médicos alópatas que han abrazado las técnicas alternativas para sanidad, cuya simple finalidad es de hacerse ricos sin importarles para nada la vida de los pobres e impotentes pacientes que se quebrantan por la desesperación de ser sanados. Los costos de los métodos alternativos son extremadamente elevados. Una falsa y amplia sonrisa y discursos prefabricados de bondad son la marca característica de estos abusivos y codiciosos seres que se hacen llamar médicos, pero que son todos unos estafadores de condenación y del Infierno. Muchos pacientes enfermos de cáncer son alentados por estos asesinos a dejar los métodos adecuados y tradicionales para combatir las diferentes formas de neoplasmas que puedan llegar a padecer, llámese quimio o radioterapia. Bajo formas más extrañas y complejas, la medicina alternativa, muestra a su tiempo debido los resultados mortales, y en verdad, no se hacen esperar, pero la justificación por parte de los charlatanes es que sus métodos nunca fallan. Salen con el infeliz cuento de que no hubo la suficiente fe de parte del enfermo o de los familiares para que se lograra la sanidad, o que el enfermo no se sujetó al pie de la letra a la prescripción alternativa. Las excusas nunca faltan, siendo yo testigo en mis largos años de experiencia de estas vergonzosas situaciones como facultativo en la medicina clínica científica. En Tijuana México, existen clínicas de medicina alternativa que aseguran sanar la esclerosis múltiple y otras enfermedades degenerativas inmunológicas como es la artritis reumatoide. Los tratamientos alternativos tienen su base en un vasto número de complementos alimentarios, enzimas, inyecciones de extracto glandular, enemas de café, formas de desintoxicación diversa, dietas vegetarianas, y cirugías. Los supuestos diagnósticos se realizan por medio de la iriología. Uno de los tratamientos absurdos alternativos consiste en sacar de las venas del cuello sangre del paciente para someterla a una elevada descarga de voltios (500) para volvérsela a inyectar en el cuerpo. Peligrosamente se inyecta también agua oxigenada, haciéndose creer a los enfermos que las células cancerígenas serán destruidas por entero por el peróxido de hidrógeno administrado en forma parenteral. Realmente, no hay nada que sustente científicamente esto. No deja de ser solamente un gran timo «jala-plata».
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Siendo facultativo en el área clínica alópata (soy médico que practica la medicina interna y la medicina del cuidado del paciente crítico) he podido mirar asombrado cómo a ciertos pacientes con enfermedades mortales se les ha prometido con un amor despiadado que con ciertos tratamientos médicos, alternativos en este caso, los harán sanar de sus males, por más graves y serios que éstos sean, y aún, con pronósticos invariablemente sombríos. La desesperación de los pacientes con enfermedades incapacitantes e incurables y de las familias que están relacionadas con ellos, promueve a buscar alternativas inmediatas para la sanidad órgano-funcional y que están con regularidad fuera de todo contexto ortodoxo alopático. Sin medir consecuencias, por la negación de aceptar con resignación la realidad de que uno podría enfermarse y morir (No moriréis, la antigua mentira diabólica que mucho creen inocentemente todavía: Gn.3:4), los charlatanes de la medicina alternativa son rastreados con afán y ansia para la solución de los problemas de salud para quienes los adolecen. La inconformidad por un veredicto oscuramente letal de alguna enfermedad determinada cobrará caro, tarde o temprano, el desatino de aprobar oscuros métodos que no tiene base sólida científica, sino muchas veces ocultista y esotérica. La Nueva Era, doctrina demoníaca que ha asimilado varias formas de religiones paganas orientales y que es una completa forma anti-Dios utilizada con absurda actitud para mejorar o restaurar la salud mental y física. Se usan métodos que parten de viejas prácticas paganas, con algunas variantes que han incursionado dentro de la medicina alópata. Por ejemplo, la acupuntura no se realiza del mismo modo como en el principio. Las agujas son sustituidas por pequeñas bolas de metal, pero los puntos de su aplicación son exactamente los mismos, así como su finalidad. No pocos cristianos reciben por consentimiento propio (un ejemplo es, para reducir de peso) ésta variante de acupuntura. Lo triste del caso, es que una buena parte de ellos desconocen su principio esotérico. La medicina alternativa posee un carácter empíricamente maligno, ajena a los principios de la buena medicina científica alópata, principalmente, antes que nada, Escriturales. Yo conozco médicos alópatas que han abrazado las técnicas alternativas para sanidad, cuya simple finalidad es de hacerse ricos sin importarles para nada la vida de los pobres e impotentes pacientes que se quebrantan por la desesperación de ser sanados. Los costos de los métodos alternativos son extremadamente elevados. Una falsa y amplia sonrisa y discursos prefabricados de bondad son la marca característica de estos abusivos y codiciosos seres que se hacen llamar médicos, pero que son todos unos estafadores de condenación y del Infierno. Muchos pacientes enfermos de cáncer son alentados por estos asesinos a dejar los métodos adecuados y tradicionales para combatir las diferentes formas de neoplasmas que puedan llegar a padecer, llámese quimio o radioterapia. Bajo formas más extrañas y complejas, la medicina alternativa, muestra a su tiempo debido los resultados mortales, y en verdad, no se hacen esperar, pero la justificación por parte de los charlatanes es que sus métodos nunca fallan. Salen con el infeliz cuento de que no hubo la suficiente fe de parte del enfermo o de los familiares para que se lograra la sanidad, o que el enfermo no se sujetó al pie de la letra a la prescripción alternativa. Las excusas nunca faltan, siendo yo testigo en mis largos años de experiencia de estas vergonzosas situaciones como facultativo en la medicina clínica científica. En Tijuana México, existen clínicas de medicina alternativa que aseguran sanar la esclerosis múltiple y otras enfermedades degenerativas inmunológicas como es la artritis reumatoide. Los tratamientos alternativos tienen su base en un vasto número de complementos alimentarios, enzimas, inyecciones de extracto glandular, enemas de café, formas de desintoxicación diversa, dietas vegetarianas, y cirugías. Los supuestos diagnósticos se realizan por medio de la iriología. Uno de los tratamientos absurdos alternativos consiste en sacar de las venas del cuello sangre del paciente para someterla a una elevada descarga de voltios (500) para volvérsela a inyectar en el cuerpo. Peligrosamente se inyecta también agua oxigenada, haciéndose creer a los enfermos que las células cancerígenas serán destruidas por entero por el peróxido de hidrógeno administrado en forma parenteral. Realmente, no hay nada que sustente científicamente esto. No deja de ser solamente un gran timo «jala-plata».
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En la madrugada de 6 de Febrero del 08, fui llamado para valorar un paciente relativamente joven con diagnóstico clínico de cirrosis hepática de avanzado grado. Cuando valore al paciente, puede apreciarlo gravemente descompensado por su enfermedad. La cirrosis hepática es una enfermedad incurable que evoluciona a un hígado completamente nodular, pétreo y atrófico, incapaz de sustentar las funciones metabólicas y de desintoxicación sanguínea, por ejemplo, la del amonio natural y que se produce por la síntesis bacteriana en el intestino grueso. Cuando el amonio se eleva desmesuradamente por la falla hepática produce un severo trastorno neurológico denominado encefalopatía hepática o metabólica. Si no se trata oportunamente podría llevar a un estado de coma y a la muerte con relativa rapidez. La mortalidad por esta entidad nosológica es del 100 por ciento de los individuos que la han desarrollado en su grado máximo (sangrados masivos del tubo digestivo alto por varices esofágicas, es una causa también de la cirrosis hepática).
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La cirrosis tiene un pronóstico indefectiblemente malo a corto mediano plazo. La historia natural de la enfermedad así lo determina. No hay nada ni nadie que revierta el estado pétreo del hígado cirrótico a uno normal. Los que nieguen esto, son con deliberación unos mentirosos. Los sanadores alternativos son los primeros en pregonar a los cuatro vientos esta grotesca mentira psicológicamente traumática. Admiten con desfachatez que la cirrosis hepática es reversible con sus métodos empleados. Durante la conversación con uno de los miembros de la familia del paciente enfermo, me platicó que un médico de su localidad había asegurado a la familia que sanaría completamente cuando le fuera depositado en la pared abdominal células gonadales: la familia creyó el cuento ciegamente. Las células fueron puestas en la pared abdominal, y nada pasó. Al tratar de desengañarlos de tremenda locura, recibieron mi explicación del mal pronóstico de la enfermedad con no poca incertidumbre. Ahora, el paciente se encuentra al borde de la muerte por la evolución natural de la enfermedad, la farsa alternativa centavera cobró sus honorarios, la promesa de alivio jamás se cumplió, y los familiares del paciente terminaron decepcionados y dolidos por la ineficacia descubierta de la técnica médica alternativa. El pronóstico es malo, y lo que es inevitable y mortal, vendrá para él sin tomar mucho tiempo.
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Hermanos y amigos que nos visitan. La medicina alternativa es una forma empírica surgida de la antibíblica Nueva Era y que con cautela y sagacidad genial se ha implantado poco a poco en la medicina científica alópata. La medicina alterna carece de un fundamento científico que la avale como ortodoxa. Su empirismo ha puesto a muchos individuos en la mortaja, enriqueciendo a quienes la practican. La medicina alópata es el viejo conocido (que es bueno), y la medicina alternativa, el nuevo por conocer (seguramente fatal y condenatorio).
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Dios les bendiga siempre, hermanos y amigos nuestros.
