EN DEFENSA DE LA FE CRISTIANA

Buscamos difundir las doctrinas bíblicas que consideramos verdaderas, tales como el unitarismo, el evangelio del reino de Dios, la fe en Jesús como el Cristo y en su sacrificio vicario, el bautismo por inmersión, el diablo y sus demonios como ángeles caídos, la segunda venida personal y post tribulacional de Cristo, la resurrección de los muertos, la restauración del Israel nacional, la iglesia de los santos, el milenio en la tierra, la destrucción eterna de los impíos, y la vida eterna.

domingo, 1 de noviembre de 2009

EL JUICIO DEL GRAN TRONO BLANCO

Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD)
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Un poco antes de que termine el Reino Milenario de Jesucristo, el diablo será soltado del oscuro Abismo para engañar a las naciones del mundo. Algunos piensan que sea para probar la fidelidad de los que un día habitarán la Tierra Milenaria guiados por el propio Mesías Rey. El diablo sale a engañar a los hombres de las naciones, logrando su fin perverso. Los malignos influenciados por Satanás, que son como la arena del mar (Gog y Magog), salean a rodear la ciudad santa en la que se encuentran los hijos del Señor, pero Dios toma una decisión oportuna y rápida, y haciendo descender fuego del cielo, consume a los rebeldes en un acto inesperado y relampagueante (Ap. cap. 20). Después de este acontecer, aparece un Gran Trono Blanco, pero la Tierra y los Cielos anteriores ya habrían desaparecido porque dice: «delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos» (Ap.20:11).
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Es posible pensar que Cristo sea el que esté sentado en ese momento en el Gran Trono Blanco. La Biblia dice que Cristo seguirá reinando hasta que todos sus enemigos hayan sido puestos debajo de sus Pies, incluyendo la muerte. Es por eso que podemos pensar con sobriedad que quien se sienta para juzgar en el Trono Blanco sea el Hijo de Dios. Cuando los enemigos de Dios hayan sido destruidos, Cristo entonces entregará el Reino al Dios Padre (1 Co.15:24, 25, 26). Este juicio es sólo para los no conversos, porque no se hace ninguna referencia a personas salvas.
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Los malignos resucitados (Ap.20:13) serán juzgados al terminar la era milenial «por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras» (Ap.20:12). Los libros mencionados arriba, son los «Libros Bíblicos», exactamente, los que conocemos (no todos los conocen, porque muchos cristianos ni siquiera toman las Escrituras para quitarle el polvo añejo). El Señor Jesucristo dijo: «El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero» (Jn. 12:48). Estudien los versículos hermanos y amigo, sean como los hermanos de Berea para que comprueben que hablamos verdad de Dios.
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Pablo escribe en una de sus epístolas que Dios habrá de juzgar a los hombres en ese día según su Evangelio (Ro.2:16). Aparte de libros nombrados, se hace mención de «otro libro» que aparece en el Juicio del Gran Trono Blanco:
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«. . . y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida . . .» (Ap.20:12).
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A ciencia cierta, se trata del «Libro de la Gracia Divina», en el cual se encuentran registrados exclusivamente los nombres de aquellos que fueron fieles siempre al Señor hasta la muerte, para poder así recibir el galardón final (Stg.1:12; Ap.2:10). Los verdaderos herederos de la Gracia son los únicos que aparecerán inscritos en el libro de la vida.
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Por último, los que no estén inscritos en el libro de la vida, serán lanzados en el Lago de Fuego, lugar de la aniquilación eterna, para todo aquel que se rebeló contra Dios (Ap.20:15): Para los rebeldes, los cobardes, los incrédulos, los abominables, los homicidas, los hechiceros, los idólatras, los religiosos, y para los que aman la mentira (Ap.21:8).